domingo, 1 de julio de 2018

MEDINA AZAHARA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD





http://cordopolis.es/2018/07/01/medina-azahara-ya-es-patrimonio-mundial/
Si hay algo que agradezca un docente es que su alumnado viva aquello que vive en las aulas o fuera de ellas. Mi alumnado de segundo de ESO, y sus madres, el que forma el grupo de "PATRIMONIO Z", a través del wasap que tenemos conjunto, ha difundido la noticia de  Medina Azahara como Patrimonio de la Humanidad. Esto nos, me, llena de orgullo.
Córdoba se ha convertido en uno de los lugares con más referentes dentro del Patrimonio Mundial de la UNESCO, pues tiene patrimonio material, como lo compone el Conjunto Monumental Mezquita Catedral, en 1984, el casco histórico de nuestra ciudad, en 1994, y, ahora, la conocida por nuestros paisanos como "Córdoba la vieja". A esto se debe unir el patrimonio inmaterial compuesto, de manera privativa, por los patios de Córdoba, en el 2012, y compartido, el flamenco, en 2010, y la dieta mediterránea, en 2013. No se puede pedir más de una ciudad. Eso sí, escribo estas líneas vestido con una vieja camiseta de ese añorado 2016, frustrada capital europea de la cultura. No nos la merecimos, por motivos políticos; ya lo he denunciado en varias ocasiones.
Esperemos que este nuevo, extraordinario, acontecimiento, sirva, entre otras cuestiones para:
- Convertir, de verdad, a Córdoba en una Ciudad Patrimonio. En este apartado debe contribuir la ciudadanía, para crear una ciudad patrimonio de la urbanidad, como aparece en la propaganda municipal. Aún no existe conciencia que lo público es de la ciudadanía, por lo tanto de todos y de todas, y que se debe conservar.
- Reforzar la idea de un turismo sostenible. Para todo el mundo, pero no un turismo de despedidas de soltero y soltera, bullicioso, imposible de soportar por quien vive en zonas patrimoniales. Y que el turista no huya de nuestra ciudad, no ya por el calor, sino porque colas interminables hacen imposible visitar los espacios patrimoniales.
- Un turismo de calidad. Calidad no significa con un gasto excesivo, sino que realmente quien viene pueda disfrutar de todos los aspectos patrimoniales: de los edificios, de la excepcional gastronomía que poseemos, y de nuestra oferta hotelera. No es de recibo que una Córdoba, a la que para ver bien se necesitan al menos cuatro días, se visite en cuatro horas. El debate de cobrar, a semejanza de las ciudades italianas especialmente, de un impuesto a autocares de turistas no es ninguna locura.
- Un turismo donde la nueva clase política se mantenga al margen de los intereses particulares -que son muchos- y donde se trabaje, de verdad, por la ciudadanía.
- Un patrimonio que se reciba y que se deje a futuras generaciones al menos, como se ha recibido. Y, para esto hace falta concienciar a la ciudadanía, comenzando por el alumnado. Y, aquí, creo que debemos mejorar...

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