martes, 31 de marzo de 2015

FUENTE DÉ, LOS PICOS DE EUROPA Y LA NIEVE. LA SÉPTIMA.

El teleférico de Fuente Dé es sorprendente. Se superan 753 metros en pocos minutos... Y nosotros llegamos con un tiempo invernal, aunque estuviéramos en primavera. Es alucinante el tiempo atmosférico. Se puede pasar en un par de días de abrigo a manga corta... No ya atravesando la Península, sino en el mismo lugar. Vivimos un tiempo invernal, reitero, pero tuvimos la suerte -probablemente por la presión que ejercía Luisa- de poder disfrutar plenamente de cada segundo de visita.
Fuente Dé, el lugar de nacimiento de nuestro querido río Deva, el que descendimos y que pudimos seguir durante el curso alto, medio -donde hicimos descenso- y el bajo. Los ríos de la vertiente cantábrica, cortos y caudalosos... De verdad. Increíble. El desfiladero del Hermida tuvimos que pasarlo para llegar a Fuente Dé. Imponía. La carretera, el desfiladero, el agua que surgía en un paisaje kárstico de libro. En la parte occidental de la cordillera cantábrica habrá más granito, aquí es pura caliza.
Siento no ver el circo glaciar... pero es que la nieve y la niebla impedían cualquier visión. Pero la nieve nos permitió estar un buen rato en plena guerra de bolas...
Antes de llegar a Fuente Dé, desde donde dormíamos, en una localidad próxima a Santander, Santa Cruz de Bezana, había que volver a pasar por el desfiladero del Hermida, el del río Deva. La imagen anterior era de una cascada que pasaba por la carretera.



Son imágenes tomadas desde el autocar. Y es el mismo lugar que en el día anterior hicimos el descenso. Hubiera sido imposible hacerlo ese día: bravo, muy bravo, el río.





Arriba, lo único que se observaba era la nieve. Impresionante. Además, con ventisca y nieve.





...Y frío. Mucho frío.






España: país de contrastes...


Y ya de vuelta...


...   Se aprecia al fondo la lucha de bolas de nieve.

DESCENSO POR EL RÍO DEVA. SEXTA ENTRADA DEL VIAJE.

Aunque cronológicamente es anterior a la quinta, ya que el descenso se hizo por la mañana, la incluyo ahora.
El río Deva iba bravo, como nos sucedió en el descenso de barrancos... Ahí también casi la mitad de la expedición -tres barcas- pudo darse un baño extra: una de las barcas volcó y tres de otra -entre los que me incluyo- volamos al tocar con una piedra. Doce kilómetros impresionantes de descenso -por lo menos para nosotros, advenedizos-. Y no todo es montarte en la barca. 
Pasen y vean...















































COMILLAS Y SANTILLANA DEL MAR. QUINTA ENTRADA DEL VIAJE DE ESTUDIOS

Comillas es una ciudad sorprendente. Es cierto que, con unos 2000 habitantes en la actualidad, hunde sus raíces en, al menos, la Edad Media. E incluso tuvo una importante industria ballenera, o puerto de carga... Pero su importancia excepcional la tendrá a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Con el descubrimiento de la burguesía y de la casa real de la costa cantábrica, Comillas se convertirá en un lugar privilegiado, la Marbella de aquel tiempo, cuando el primer marqués de Comillas, enriquecido con sus negocios en el otro lado del atlántico -en Cuba principalmente-. 
El primer marqués, Antonio López, invitó a Alfonso XII, en 1881, a visitar la ciudad, lo que supuso una importante transformación de la misma. Como curiosidad, fue el primer pueblo con luz eléctrica -excelente la guía del Capricho de Comillas, que nos proporcionó toda la información-
Las reiteradas visitas de la familia real continuaron también con Alfonso XIII, y que permitieron convertir al pueblo en lo más avanzado de la arquitectura del momento. Lógicamente un ejemplo sublime es "El capricho" de Gaudí.
Allí estuvo también la sede primigenia de la Universidad Pontificia... Y por cierto, en cualquier restaurante se come un menú del día excelso...
El palacio de Sobrellano





Entrada a una vivienda absolutamente ecléctica. Con la mezcla de distintos neos...
El capricho, una de las primeras obras de Gaudí. Un canto a la música y al sol.










La ciudad es también un recuerdo -o al menos me parece- a ciudades como San Cristóbal de La Laguna -o la Orotava- por los balcones, la estética de las viviendas...























Al fondo, el cementerio con el Ángel Caído.




















Una localidad para visitar.

Si Comillas es una maravilla, qué decir de Santillana del Mar. Eso sí llegamos un lunes con la neocueva de Altamira y la Colegiata cerrada. No puede ser todo...

Una selección de las imágenes...