miércoles, 24 de octubre de 2018

A LA SOMBRA DE FLORA: PIEDAD AROCA.






No puedo evitarlo, y no es la primera entrada que hago a esta gran persona, a Piedad Aroca.
Ya he planteado en otras entradas la orfandad que vive la oficina de gestión del Conjunto histórico de Córdoba desde que Piedad fuera apartada, probablemente "depurada" porque estuvo ejerciendo esa función bajo el gobierno del PP. Sí, en nuestra querida/odiada España, y Córdoba no lo iba a ser menos, aquí no se prima la profesionalidad, el trabajo bien hecho... aquí se potencia el amiguismo, el nepotismo. Da igual lo inútil que seas, pero si tienes carné o eres afín, puedes llegar adónde quieras. Que conste que no estoy denostando a la persona que pueda estar ahora, si la hay, lo que si afirmo, a voz en grito, que la colaboración entre distintos centros educativos y ayuntamiento en el tema de patrimonio murió un par de meses antes del cese oficial -o, con eufemismo, "traslado"-, de Piedad a otro lugar de la Gerencia de Urbanismo. Esto hace dar más valor a la obra de quien eligió -y creo que ni tan siquiera lo hizo, porque ya estaba allí-, a la protagonista de esta entrada: Rafael Jaén.
Sí, se pensará que utilizo esta entrada para denostar nuevamente a "la clase política", esa nueva clase social surgida, dominadora de la nueva situación, y que vuelve a reafirmar aquel fin de la historia de Fukuyama. Pero no es la democracia liberal la ganadora, sino una nueva clase surgida que camina de espaldas a la realidad, siguiendo la propuesta realizada por nuestro paisano, Don Luis de Góngora, en 1581:
"Ándeme yo caliente
y ríase la gente.
Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañanas de invierno,
naranjada y aguardiente, 
y ríase la gente..."
Pues sí, cerca de donde nació Góngora, a menos de trescientos o cuatrocientos metros, hay una casa, justo al lado de una pensión que lleva el nombre de nuestro clérigo poeta, en la  estrecha calle Horno de la Trinidad, frente a uno de los referentes del arte cordobés, la Escuela de Artes Mateo Inurria, donde Piedad, a la sombra de "Flora", ha preparado una pequeña instalación floral.
Me sorprende, sorprende a la mayoría de sus amigos, el descubrir siempre algo nuevo de esta gran artista: no solo fue llevar bien la gestión de la oficina, sino saber que ella diseña sus complementos, sus dibujos de cualquier parte de su querida Córdoba, y, ahora, descubrir sus composiciones a veces bajo el paraguas del concurso de patios, de la Navidad, o de Flora.
Piedad cuida todos los detalles, en la fotografía inferior izquierda se ve el ojo del niño, y al fondo, los juguetes: la muñeca, el futbolín, el tablero de ajedrez...

Casualmente un día antes de invitarnos a presenciar su intervención, habíamos pasado por esa estrecha calle para ver la intervención de Mark Colle en la Escuela Mateo Inurria, una de las seis instalaciones florales, ganadora al final, y nos fijamos en la sorprendente instalación del zaguán/patio de esa casa: sí, luego supimos la autoría.
Esa intervención sorprende tanto como el descubrimiento de esa artista, Lola Guerrera, también cordobesa, con su propuesta en Orive.
Las personas reunidas en casa de Piedad, para ver su trabajo, llegamos a un compromiso: promover a nuestra anfitriona como futura participante. Ella lleva en su sangre el ADN artístico transmitido por su padre, Ángel Aroca, desarrollado aún más por su profesión, arquitecta, y apoyado por Paco, su compañero. Apenas conozco a su madre, quien seguro multiplicó por infinito las capacidades y habilidades de Piedad.
Sí, aquí no incluiré ninguna de las obras participantes en el concurso. Por cierto, si se lee la letra pequeña de las bases, el tema de inspiración era "juego". Mark Colle es el único que se adaptó al mismo. Bueno, Mark y nuestra protagonista, pues su trabajo quiere representar el despertar de un niño el día de Reyes.

En silencio ha ido creando distintas propuestas efímeras, incluso no hay rastros documentales de algunas de ellas. 
Incluyo las fotografías enviadas por la autora, espero que participante en el próximo concurso internacional, esa tan extraordinaria idea de Jianping Fu, presidente de "Zizai hotels", y que muy pronto dispondrá de uno en la calleja de las flores, enamorado de nuestra ciudad. Pues Córdoba es una ciudad que enamora.








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