viernes, 24 de mayo de 2019

PEÑARROYA, DESDE LA VISIÓN DEL ALUMNADO.

El viaje a Peñarroya-Pueblonuevo merece más de una entrada. Por ejemplo, no hice referencia al urbanismo, al pequeño pueblo que se convirtió con el carbón en la gran ciudad, y donde se mantuvo una estructura urbana enormemente clasista, con un barrio isla para "los franceses", el barrio francés que incluso se trajo de allí una congregación de monjas para atender la enseñanza del alumnado de origen galo. Como me recuerda Isidora, o mis compañeros con vínculos allí, no hubo ninguna mezcla entre franceses y españoles. Ese barrio isla, el barrio francés, segregó la población. E, incluso, hubo otro espacio, no ya cerrado, para los mandos intermedios.
Ahora no me interesa lo anterior. He pedido al alumnado que manifieste sus impresiones por la visita. Aquí van una serie de opiniones:

"Este viaje me ha parecido una experiencia muy enriquecedora debido a que conocimos toda la historia de este gran pueblo. Alejandro, nuestro guía, nos explicó con todo lujo de detalles todos los acontecimientos que ocurrieron en este lugar durante la década de los 40 en el siglo XX, empezando por sus enormes túneles y la forma de cómo conseguían el plomo y el carbón.
También nos explicó y nos enseñó donde molían el grano en aquel edificio, el cual fue antes donde se realizó esta importante tarea. A continuación visitamos el Museo Geológico y Minero donde vimos todos los tipos de minerales, rocas y alguna piedra preciosa entre otras cosas.Así podría enumerar todas las diferentes actividades y visitas a los diferentes lugares emblemáticos de este pueblo único llamado Peñarroya-Pueblonuevo"
(Hugo)

Foto realizada por el alumno Hugo

Foto realizada por el alumno Hugo.


"El pasado día 20 de mayo fuimos a Peñarroya a ver el patrimonio arqueológico que hay.
La primera sensación que tuve al bajarme del autobús fue de frío, pese a que unos momentos más tarde iba a sentir todo lo contrario, cuando visitáramos la fundición de plomo, pero eso ahora más adelante.
Cuando nos íbamos acercando al cerco industrial me sentía perdida, realmente lo estaba, nunca antes había estado allí. Pero cuando entramos y vi todas las ruinas, traté de imaginar cómo eran cuando aún se cobraba vida allí y me sentí de otra época, como si pudiera  sentir a toda la gente trabajando de aquí para allá y el calor y contaminación que producían todas las fábricas.
En la fundición de plomo no sé muy bien lo que sentí. Fue una mezcla de pena y calor. Pena por pensar que aquello había sido tan importante para algunas personas e incluso para la sociedad en general, y que ahora eran simplemente ladrillos sobrepuestos con un sello en el que ponía "Peñarroya", capaces de aguantar miles de grados y que seguramente muchas personas no sabrán ni de su existencia. Sentí como cambiaban el valor de las cosas en solo unos años, y no pude evitar sentir pena. Y calor por pensar que ese lugar había estado a miles de grados y que, la mañana avanzaba u las temperaturas también. 
Fue una experiencia agradable y un sitio increíble, que no está bien valorado. Me siento afortunada de haber estado allí" (Nerea)




"Este lunes fuimos a Peñarroya a ver el cerco industrial que se utilizaba para extraer minerales como plata o plomo. Esta industria se situaba ahí porque había una mina de carbón y resultaba más fácil traer la galena (por ejemplo) allí, que llevar el carbón a donde extraían la galena. En su momento fue un lugar muy importane; extranjeros ricos invirtieron en esta industria en Peñarroya; se construyeron naves gigante que albergaban miles de máquinas; se crearon muchos puestos de trabajo, y el pueblo vivió un gran momento, pero con el paso del tiempo este sitio se ha dejado abandonado y ahora no es más que el recuerdo de lo que fue. Quitando alguna que se salva, todas las naves están en ruinas. La gente se fue yendo del pueblo, y de los 40.000 habitantes que hubo, ya solo quedan 10.000. Esto nos demuestra que aunque una empresa o industria esté en auge y parezca invencible e infinita, la evolución del ser humano lo deja todo atrás, para dar paso a nuevas y más modernas industrias, como ocurrirá con la industria petrolífera" (Adriano)


"Al ver todas las industrias y fábricas abandonadas en Peñarroya, sentí curiosidad por saber cómo eran antes y cómo funcionarían, ya que debía ser un duro trabajo. También  sentí interés porque el proceso de elaboración y transporte que explicó Alejandro, el guía, era curioso y estaba bien planteado. Por último pensé  que todo aquello debería cuidarse y exponerse al público, ya que forma parte de la historia y es algo que se ha mantenido más de 100 años." (Miguel)


"El sitio me pareció bastante curioso por la cantidad de fábricas situadas en aquel pueblo. Aunque las fábricas estaban en mal estado. Por lo menos seguía la estructura de los edificios" (Sandra)

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