miércoles, 5 de diciembre de 2018

Los emprendedores de 3º B visitan la empresa Matilde Cano




En la puerta de Confecciones Maty, Matilde Cano, con Marisa

Modernidad... y tradición
Ahora, próximo a la jubilación, me reafirmo en el trabajo por retos como principal elemento pedagógico para el alumnado. Si, como profesor de Geografía e Historia, me parece una insensatez quedarte anclado con tu alumnado a la silla de la clase para explicar el entorno, como coyuntural profesor de Emprendimiento me parece más extraño el realizar esta tarea solo desde el aula. Vuelvo a recordar a mi querido director Paco García. No puedo olvidarlo. Él, durante los pocos meses que estuvo en nuestro centro, cambió no sólo el aspecto estético de nuestro instituto, sino que, a parte del profesorado, nos volvió a dar ánimos para trabajar por retos, por servicios, para visibilizar el centro, ese IES RAFAEL DE LA HOZ tan perdido en el bosque de la enseñanza privada -pues concertada, es privada- que nos rodea.
En Emprendimiento hemos comenzado un proyecto: vamos a crear una empresa para atender al emergente turismo chino en Córdoba. Y ya hemos dado los primeros pasos:
- Estamos intentando una formación empresarial -desde el IMDEEC si es posible-
- Estamos justificando la creación de la empresa.
- Y hemos comenzado a hablar con distintos proveedores de servicios. Ya lo hemos hecho con la empresa "Doble de Cepa" -gracias, Marta Roda, antigua alumna y patrimonita de este Rafael de la Hoz-. Hoy hemos visitado la empresa MATILDE CANO.

Marisa explicando. A continuación Olga. Al fondo Alazne.


Uno, cuando ve las dos tiendas que posee en Córdoba, piensa en una microempresa. La sorpresa, y el gran desconocimiento por parte de la mayoría de los cordobeses, viene cuando conoces las cifras de negocio. Sólo destacar que elaboran unos 50.000 vestidos al año, en parte aquí, el centro neurálgico de la empresa, en el polígono de las Quemadas. 50 empleadas, pues solo trabajan 3 hombres.
Sigue siendo familiar, pues allí estaba la madre en la parte de costura, supervisando el trabajo; el padre, en la máquina de corte; las hijas, diseñadoras, en su labor, aunque Marisa se convirtió en nuestra anfitriona -y nos explicó todo el proceso desde el diseño a la venta-, y, finalmente, su marido, como gerente.
Marisa y su marido, gerente de la empresa

El marido de Matilde, encargado de la máquina que corta los tejidos: la informática manda.

La parte más manual: Matilde comprobando el trabajo hecho por las empleadas

En ese caótico polígono industrial hay sorpresas escondidas para la mayor parte de la ciudadanía. Debería ser una cuestión obligatoria la visita a un lugar donde se genera economía productiva para nuestra ciudad, y que no corresponda al ámbito turístico y patrimonial. Desgraciadamente el turismo puede ser coyuntural, y las empresas del sector secundario nos han ido abandonado, y algunas de las que quedan, están siendo cuestionadas.
Esta empresa es de aquí, la madre y que da nombre a la misma, se  formó en Córdoba, donde comenzó como profesora de Corte y Confección, trasladándose a Cataluña donde vio la existencia del prêt à porter -o ropa hecha en serie-. Quedaba atrás la modista que elaboraba una pieza para cada clienta.
De aquel inicio en 1976 a la empresa de hoy. Y, reitero, a pesar de su tamaño, sigue siendo la familia quien lleva las riendas.
Ahora, Marisa y Olga son las dos diseñadoras de la casa. Cuentan además con un grupo de personas excepcional. Hablar de manera destacada de Alazne, la persona encargada de las relaciones externas y que desde el primer momento acogió nuestra propuesta con cariño. 


Ahora solo nos queda presentar el acuerdo de colaboración exclusiva con la empresa. Y, a ser posible, que el proyecto sea elegido en el proyecto Emprendimiento de la Caixa.
José Manuel, con el catálogo de la empresa.


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