Fuente Dé, el lugar de nacimiento de nuestro querido río Deva, el que descendimos y que pudimos seguir durante el curso alto, medio -donde hicimos descenso- y el bajo. Los ríos de la vertiente cantábrica, cortos y caudalosos... De verdad. Increíble. El desfiladero del Hermida tuvimos que pasarlo para llegar a Fuente Dé. Imponía. La carretera, el desfiladero, el agua que surgía en un paisaje kárstico de libro. En la parte occidental de la cordillera cantábrica habrá más granito, aquí es pura caliza.
Siento no ver el circo glaciar... pero es que la nieve y la niebla impedían cualquier visión. Pero la nieve nos permitió estar un buen rato en plena guerra de bolas...
Son imágenes tomadas desde el autocar. Y es el mismo lugar que en el día anterior hicimos el descenso. Hubiera sido imposible hacerlo ese día: bravo, muy bravo, el río.
Arriba, lo único que se observaba era la nieve. Impresionante. Además, con ventisca y nieve.
...Y frío. Mucho frío.
España: país de contrastes...
Y ya de vuelta...
... Se aprecia al fondo la lucha de bolas de nieve.